La noche del 13 de diciembre, el Auditorio GNP Seguros se transformó en un templo de misticismo y rock mexicano. Ante un recinto abarrotado, Caifanes demostró por qué sigue siendo la columna vertebral del género en el país, entregando un concierto que navegó entre la nostalgia, la denuncia social y la comunión espiritual.
Foto x Zoé Huerta
Desde los primeros acordes de “Los Dioses Ocultos”, la conexión entre Saúl Hernández, Alfonso André, Diego Herrera y compañía con el público poblano fue instantánea. La banda recorrió más de tres décadas de historia musical, interpretando himnos que han definido a generaciones.
Foto x Zoé Huerta
Fiel a su esencia, Saúl Hernández aprovechó las pausas entre canciones para lanzar mensajes de conciencia. La banda dedicó espacios para visibilizar la lucha contra los feminicidios en México y la importancia de la libertad de expresión, recordando que el rock, antes que entretenimiento, es una plataforma de resistencia.
Así fue como Caifanes nos ofreció una de sus últimas presentaciones del año con un Auditorio GNP, que se llenó de nostalgia y vibro con los mejores éxitos, la banda terminara el año con el cierre en le CDMX con dos shows en el Palacio de los Deportes.
Foto x Zoé Huerta
