La cantante chilena Princesa Alba, abre un nuevo capítulo en su carrera con el lanzamiento conjunto de “Amor verdadero” y “No te gusta más” , dos canciones que marcan un viraje hacia un sonido más folk, experimental y minimalista.
“Es un giro en 180 grados, algo mucho más experimental, saliendo de lo mainstream que estaba haciendo”, confiesa la artista. La decisión de estrenar dos temas simultáneamente responde a su deseo de dar tiempo a sus seguidores para sumergirse en esta nueva etapa. “Quería que los fans pudieran digerir bien todo lo que viene”.
Este cambio no es solo musical, sino también personal. Princesa Alba describe este momento como un “reseteo” de su proyecto y de sí misma: “Me estaba disociando entre mi figura pública y mi yo personal. Soy mucho más simple, más de estar con mi familia y amigos. Mis seres queridos me animaron a mostrarme tal cual soy, y eso se refleja en canciones más vulnerables y honestas”.
En este proceso ha contado con la colaboración de músicos como Francisco Victoria, con quien ya había trabajado en el éxito Convéncete, y de productores de la nueva escena chilena como Heartgaze y Vinco. “Es muy bacán mezclar mundos y lenguajes; de ahí salen cosas muy bonitas”, afirma.
La inspiración de estas canciones proviene de un proceso introspectivo que la artista vivió durante terapia. “De repente empezaron a salir letras muy tristes, y me encantó. Antes mis canciones eran más felices y de empoderamiento, pero entendí que también necesitaba mostrar mi lado humano y vulnerable”.
Todas sus composiciones son autobiográficas, escritas a partir de sus diarios personales. “Cuando las lanzas, dejan de ser solo tuyas para convertirse en parte de un lenguaje común con tus fans”, explica.
Al mirar atrás, agradece a su versión más joven por la valentía y la rebeldía que le permitieron abrir camino en un ambiente hostil: “Fui de las primeras mujeres que hizo plug y trap en Chile. Hubo mucho hate, pero eso forjó mi identidad y mi resiliencia”.
Hoy, Princesa Alba espera que sus oyentes conecten con sentimientos reales, incluida la tristeza: “No hay que romantizarla, pero sí entenderla y abrazarla. Me encantaría acompañar a la gente en esos momentos a través de mis canciones”.
Su nueva etapa artística, más orgánica y cercana, promete ser un puente entre la Princesa Alba que conocíamos y la Trinidad Riveros que se muestra ahora sin filtros. Y, como ella misma dice, “la canción es el centro; no debería importar nada más”.