La noche en Landina Bar estuvo cargada de emociones y simbolismos. Andrea Ele presentó su primer EP compuesto por cinco canciones profundamente personales.Durante el evento interpretó en vivo Conmigo y Lenta Caída, dos de los temas más representativos que reflejan la transformación del dolor en fuerza creativa.

El evento no solo marcó el inicio de su carrera musical, también fue una celebración de libertad. Entre luces cálidas y la cercanía del público, la cantante ofreció un cóctel especial nombrado como una de sus canciones, invitando a los asistentes a brindar por los nuevos comienzos. La velada culminó con el corte de un pastel, que representó tanto el lanzamiento del EP como el cierre de una etapa en su vida.
Con una sinceridad que conectó con todos los presentes, Andrea compartió que, aunque muchos ven el divorcio como un fracaso, ella lo asume como un renacer.
“Salir de una relación tóxica es difícil, y cuando por fin lo logras, es motivo de celebración”, expresó frente a sus seguidores, quienes aplaudieron con entusiasmo.

La propuesta musical de Andrea Ele busca tender un puente hacia quienes atraviesan procesos similares. Sus canciones, íntimas y vulnerables, transmiten un mensaje de acompañamiento: la idea de que no se está solo en el camino de reconstruirse. Añadió que espera que su música también llegue a quienes aún no la conocen:
“Quiero que las personas que todavía no me conocen puedan conectar conmigo a través de mis canciones y sentir que no están solas en sus procesos”.
Más que un recital, su presentación se convirtió en una experiencia catártica, donde la música funcionó como espejo de resiliencia y punto de encuentro para una comunidad que entiende que el cierre de un ciclo también puede ser motivo de fiesta.
Con este EP Andrea Ele abre un capítulo prometedor en su carrera, reafirmando que el arte puede ser la mejor manera de transformar las heridas en himnos de libertad. Su mensaje final resonó en todos los presentes: salir de lo que nos duele no solo es un triunfo personal, sino una invitación a celebrar la vida y a conectar con otros que atraviesan caminos similares. En cada nota y en cada letra, Andrea Ele demuestra que la música puede ser un refugio, un abrazo y un recordatorio de que siempre es posible renacer.