El sábado 17 de mayo, Paloma Morphy sorprendió y conquistó al público del Tecate Emblema con un set íntimo y lleno de emociones. Desde el primer acorde, la cantautora mexicana logró crear una atmósfera cálida y cercana, demostrando que la música sincera y bien interpretada puede destacarse incluso en festivales masivos.

Foto x Paola Landin
Con un estilo que combina el folk, pop y matices de electrónica suave, Paloma presentó un repertorio cuidadosamente seleccionado, donde temas como “Cosas que no dije”, “Antes que sea tarde” y “Luz de luna” resonaron con fuerza entre los asistentes. Su voz cálida y expresiva fue el hilo conductor de un espectáculo que invitó a la reflexión y la conexión personal.

Foto x Paola Landin
A lo largo de su presentación, la sencillez fue una gran aliada. Sin necesidad de grandes parafernalias o efectos visuales, la fuerza de Paloma radicó en su autenticidad y talento natural. Los arreglos minimalistas, que combinaron guitarra acústica con sutiles elementos electrónicos, permitieron que cada palabra y cada nota llegaran con claridad y emoción.
Más allá de la música, Paloma Morphy se mostró cercana con el público, compartiendo pequeñas historias detrás de sus canciones y creando un vínculo especial con quienes la escuchaban. Este toque humano hizo que su show se sintiera como una charla íntima más que un concierto multitudinario.

Foto x Paola Landin
Su paso por el Tecate Emblema fue una prueba más de que las propuestas frescas y auténticas tienen un lugar importante en el panorama musical actual. Paloma Morphy demostró que, con talento y corazón, es posible dejar una huella profunda sin necesidad de grandes escenarios ni producciones extravagantes.
Para quienes buscan música con contenido y emoción genuina, la presentación de Paloma Morphy fue un oasis en medio del bullicio del festival, y una invitación a seguir de cerca su carrera en ascenso.